Originariamente, el tango nace a fines del siglo XIX de una mezcla de varios ritmos provenientes de los suburbios de Buenos Aires. Estuvo asociado desde un principio con burdeles y cabarets, ámbito de contención de una población inmigrante netamente masculina. Debido a que solo las prostitutas aceptarían dicho baile, en sus comienzos era común que el tango se bailara por una pareja de hombres.

Pero el tango como danza no se limitó a las zonas bajas o a sus ambientes cercanos. Se extendió también a los barrios proletarios y empezó a ganar aceptación "en las mejores familias", sobretodo después que el baile tuvo éxito en Europa.

La melodía provenía de flauta, violín y guitarra. Posteriormente, la flauta fue reemplazada por el "bandoneón". Los inmigrantes contribuyeron añadiendo aires de nostalgia a las canciones y de ese modo el tango se fue desarrollando y adquiriendo un sabor único.
Carlos Gardel fue el creador del tango-canción.  fue el gran divulgador del tango en el extranjero. En los 60, en cambio, el genero fue ignorado fuera de la Argentina. Resurgió renovado por Astor Piazzolla, quien le dió una nueva perspectiva, rompiendo con los esquemas del tango clásico.

Hoy el tango está más vivo que nunca, no como el fenómeno de masas que lo engendró, sino como incuestionable elemento identificatorio del alma porteña y en permanentes evocaciones desparramadas por todo Buenos Aires.
El tango es posiblemente el más popular de los bailes de salón y competiciones oficiales , difiere mucho del tango argentino al que estamos todos acostumbrados .
De todas las modalidades de tango existentes, es el de competición el más "liso" de todos ellos.
Desaparecen los quiebros de cintura tan caracteristicos de la versión argentina , se baila con pasos largos y vueltas de dos puntos, con pocas caidas caidas y una curiosa propensión a los giros rápidos de cabeza.